domingo, 9 de noviembre de 2014

Literatura Latinoamericana y Fraternidad


La Literatura y el Arte en general suelen reflejar el momento histórico en el que se vive; el artista expresa en la obra su particular visión del mundo de acuerdo a la ideología y a sus propios valores existenciales.
En Latinoamérica, en el siglo XIX, período de luchas independentistas y de gobiernos caudillistas y dictatoriales, el Romanticismo, esencialmente rebelde, tiene su manifestación en El Matadero de Esteban Echeverría (1805-1851), denuncia valiente y realista de la dictadura de Rosas en Argentina que, junto a El Gaucho Martín Fierro de José Hernández (1834-1886), constituyen obras fundamentales de denuncia social en la Literatura Latinoamericana. El Modernismo, en cambio, es un movimiento heredero de la estética simbolista y del Parnasianismo francés en el que va a predominar la preocupación formal y estética. El escritor se preocupa por la musicalidad, la cadencia interior del ritmo, la sonoridad de la palabra, los símbolos, los temas exóticos, la riqueza y el lujo verbal.
En el siglo XX, la preocupación social, la denuncia, la defensa de los explotados, en una palabra, la conciencia social del escritor es lo dominante en la literatura. Novelas como Doña Bárbara de Rómulo Gallegos; La vorágine de José Eustasio Rivera, Los de Abajo de Mariano Azuela, Huasipungo de Jorge Icaza, representan a una narrativa documental y testimonial de una época pre-moderna, atrasada, marcada por el binomio civilización y barbarie. En estas novelas, el protagonista fundamental es la naturaleza devoradora, aniquiladora, indomable, como las pasiones encontradas de los personajes, pasiones violentas, agresivas como la selva misma; dice José Trigo en su libro Narrativa de un Continente en transformación: “la novela tradicional latinoamericana, la de las primeras décadas del siglo XX, había logrado una cierta síntesis de las corrientes anteriores: romanticismo, naturalismo, nativismo, modernismo. Novela poderosa con aguda conciencia americanista, anclada en la tierra, con voluntad de interpretar los conflictos del país: novela de la revolución, novela indigenista, novela de la pampa, del llano, de la selva, y además con intención artística: aliento de epopeya, sensibilidad humana, lirismo.” (1)
Ocurrió también en el siglo XX la aparición de una serie de novelas que tenían claras diferencias con las anteriores y significaron una verdadera revolución en la Literatura Latinoamericana. Es lo que se conoce con el nombre: el boom de la narrativa Latinoamericana. Los nuevos novelistas, aunque herederos de la narrativa tradicional, van a escribir diferente, experimentando con el lenguaje, introduciendo cambios estructurales importantes. La influencia europea (Joyce, Kafka) y norteamericana, especialmente de Faulkner, van a ser determinantes en esta nueva manera de narrar. El primer grupo de estos nuevos novelistas es el que nace más o menos con el siglo. A este grupo pertenecen autores como Miguel Ángel Asturias, Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Alejo Carpentier y Agustín Yáñez. Otros escritores posteriores que podríamos integrar en un segundo grupo son: Juan Carlos Onetti, Ernesto Sábato, José Lezama Lima, José María Arguedas, Julio Cortázar, Augusto Roa Bastos, Joao Guimaraes Rosa, Juan Rulfo, José Donoso etc. Continúan los nombres de otros autores que, la mayoría de los críticos, consideran que forman parte de un tercer grupo en el que estarían Gabriel García Márquez, Adriano González León, Mario Vargas Llosa, Guillermo Cabrera Infante, Carlos Fuentes, David Viñas, Salvador Garmendia, Manuel Puig, Fernando del Paso, Severo Sarduy, excelentes escritores, tres de ellos ganadores del Premio Nobel de Literatura: Asturias en el año 1967, García Márquez en 1982 y Vargas Llosa en 2010.
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1 Trigo, Pedro Narrativa de un continente en transformación. Dirección de Cultura. Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1976, p.11.
La fantasía y la imaginación son inagotables y la realidad es fuente infinita de temas y personajes, de allí, que los libros se multipliquen con nuevas propuestas narrativas de escritores donde es esencial el espíritu rebelde y creador.
A partir de la ficción, el autor recrea al mundo expresando los temores, los anhelos, los miedos, los fantasmas que lo atribulan y lo desasosiegan pero que dan lugar a valiosas obras de arte, únicas y transcendentes, no solo novelas, sino también cuentos y poesías.
Nos toca vivir en un mundo difícil, lleno de injusticias y contradicciones. La pobreza, la inseguridad, la infancia abandonada, la violencia, las guerras, la maldad humana en general, dejan las marcas en la sociedad que vive angustiada y atemorizada, pero a pesar de eso, confiamos en un tiempo mejor. No sólo nos aferramos a la esperanza sino a las cosas maravillosas que Dios nos ofrece en la vida.
En este encuentro se insiste en la fraternidad, en el amor, que es sin duda uno de los caminos más hermosos para trasformar el mundo agresivo y violento, en un espacio de belleza y de armonía. Los grandes principios por los que la humanidad no ha dejado de luchar son la libertad, la igualdad y la fraternidad para tener una sociedad más justa y más feliz. El legado de la Revolución Francesa mantiene viva la esperanza en la construcción de una sociedad nueva. El mensaje de Jesús es bien claro: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”.
En el Congreso de los Artistas del Movimiento de los Focolares, que se realizó en Castel Gandolfo del 23 al 25 de abril de 1999, Chiara Lubich, se refirió sabiamente al Arte y a la Belleza afirmando que “Dios es Belleza y no solo Verdad y Bondad”. En un escrito titulado, Resurrección de Roma ha dicho: “Hay que hacer renacer a Dios en nosotros, tenerlo vivo y volcarlo en los demás, como cascada de Vida para resucitar a los muertos y mantenerlo vivo entre nosotros, amándonos”. Jesús en nosotros quiere ser vida (Asís); quiere ser Verdad (París) y Camino (Hollywood); cada una de estas ciudades expresa lo que Chiara afirmaba sobre Dios quien está representado simbólicamente por Asís que inmediatamente nos lleva al significado de la fraternidad, al amor y a la bondad de San Francisco; Paris, la ciudad emblemática del estudio, del arte, de la cultura; y Hollywood, el centro del arte creativo del cine y de la belleza.
Así como la novela puede reflejar un momento histórico y dar un mensaje de denuncia sociopolítico, de protesta o de indagación filosófica, la poesía también ha sido motivo de análisis y ha dado lugar a diversas reflexiones sobre ella.
Graciela Maturo, la famosa escritora Argentina en la conferencia: La poesía en la recreación de la cultura, dictada en Maracaibo, en la Universidad Católica Cecilio Acosta, el 08 de Junio de 2009, se va a referir a la poesía, no sólo como lenguaje, y dice que “Debe tenerse en cuenta, que antes o simultáneamente con el acto de su expresión por la palabra, la poesía es experiencia contemplativa y reflexiva, acto de la conciencia hacia su entorno y hacia sí”. La poesía existe en muchas cosas que nos rodean, en actos de bondad, en gestos de solidaridad, en todo lo que es belleza. La actitud poética existe desde el origen de la humanidad y “algunos filósofos de nuestro tiempo han afirmado que la esencia del hombre reside en una actitud poetizante”. Graciela Maturo cita al poeta Friedrich Hölderlin quien dijo que “Poéticamente es como el hombre habita sobre la tierra”. Dice que “desde hace más de dos mil años se han ido configurando dos orientaciones bien distintas de pensamiento en torno a la poesía. Una de ellas la convierte en actitud humana básica y vía privilegiada de conocimiento. La otra, mas atenida a la obra misma como expresión, se funda en la Poética de Aristóteles, aunque, en rigor, reduce el pensamiento del filósofo a la Retórica que es un tratado de formas poéticas. Platón acusó a los poetas de irracionalidad, no conveniente para la construcción de la Polis (República) pero la corriente neoplatónica desplegada por Plotino tuvo aceptación en los poetas medievales y modernos y resonancias en la cultura popular y en los mitos. El racionalismo de la cultura occidental creó una cultura intelectual que se fue alejando de esta corriente, la Ilustración fue su máximo ejemplo”.
El predominio de la razón sobre el sentimiento fue propio de esta época del siglo XVIII pero la poesía nunca desaparece. En el siglo XIX, con el romanticismo, aparece de nuevo una poesía intimista, subjetiva, expresando profundos sentimientos como el dolor, el amor, la angustia existencial.
En el Mundo, en Europa, en Latinoamérica, generaciones de poetas dan testimonio de la importancia del quehacer literario en todas las épocas. En Latinoamérica abundan los nombres de poetas famosos como Rubén Darío, César Vallejo, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, estos dos últimos, recibieron el Premio Nóbel de Literatura en los años 1945 y 1971 respectivamente. Otros poetas, no menos importantes, son Vicente Huidobro, Mario Benedetti, Octavio Paz, (premio Nóbel de Literatura en el año 1990), Jorge Luis Borges, Gonzalo Rojas etc., sin olvidar a la famosa escritora mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, (San Miguel de Nepantla, actual México 1651- Id, 1695).
En Venezuela, desde Andrés Bello (Caracas, 29 de noviembre de 1781-Santiago, 15 de octubre 1865), hasta el momento presente, son muchos los poetas significativos que han expresado de manera singular los diversos temas del amor, el tiempo, la muerte, la esperanza, los ideales, la naturaleza, la belleza.
Vale la pena mencionar al poeta Vicente Gerbasi, autor de un poema hermosísimo: Mi padre el inmigrante. Un poeta identificado con la causa de los pobres, de los marginados, es Andrés Eloy Blanco autor de famosos poemas como Angelitos Negros, La Renuncia, publicados en uno de sus libros, Giraluna.
Otros grandes poetas Venezolanos son: Juan Sánchez Peláez, Juan Liscano, María Calcaño, Ana Enriqueta Terán, Rafael Cadenas, Ramón Palomares, Eugenio Montejo etc.
Eugenio Montejo (1938-2008), es el autor de varios libros que lo han consagrado como uno de los mejores escritores Venezolanos contemporáneos. Al primer libro Elegos (1967), siguieron otros como Muerte y Memoria (1972), La ventana Oblicua (1974), Algunas Palabras (1976), Terredad (1978), El Cuaderno de Blas Coll (1981).
En el libro Algunas Palabras, el poeta crea un mundo espléndido, convocando las imágenes de su mundo interior y de sus propios paisajes que emergen melancólicos desde los túneles de la memoria. El tiempo transcurre indiferente y las horas pasan raudas, voraces, dejando atrás solamente polvo y soledad. El aire de la poesía se torna melancólico al recordar el pasado y la muerte roza las palabras acentuando el sentimiento de desamparo. El artista expresa sentimientos humanos universales. Hay obras frente a las cuales se tiene la certeza de la trascendencia y la inmortalidad. La Piedad de Miguel Ángel, La Gioconda de Leonardo Da Vinci, El Quijote de Cervantes, La Ilíada de Homero, son obras representativas del Arte Universal que han vencido al tiempo y a la muerte y han conquistado la inmortalidad. En la poesía de Eugenio Montejo la naturaleza revela el alma angustiada del poeta sembrada de ausencia. Las ciudades se derrumban y las casas están vacías, llenas de soledad. El poeta habla por todos los hombres atemorizados y ansiosos de perdurar.
La poesía de Eugenio Montejo es un canto a la naturaleza, a los ríos, a los árboles, a los pájaros, a las piedras, a los astros y al hombre identificado con todos los elementos del Cosmos. Es una visión cósmica del hombre en la que trasciende sus propios límites:
Cada hombre es un astro, un cosmos habitado
fijo en la rueda de la niebla.
cada uno en la noche retorna
de altas navegaciones
con un perro o un diario.

La presencia del árbol es frecuente en varios poemas. Su carga simbólica revela el tema insistente de la precariedad de la vida humana y la angustia por la finitud del ser que anhela trascender. El árbol representa la vida del Cosmos y como la vida inagotable, equivale a inmortalidad. La verticalidad acentúa el significado de centro y eje del mundo. Se le asocia también a la naturaleza humana y también es cruz de redención. En la iconografía cristiana, la cruz está representada muchas veces como árbol de la vida. La línea vertical de la cruz es la que se identifica con el árbol, ambos como eje del mundo. En el Antiguo Testamento, en el Génesis, “Jhavé hizo brotar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y buenos para comer y puso en medio, el árbol de la vida, al árbol de la ciencia del bien y del mal”. El poeta está consciente de la sacralidad del árbol y de su sentido cósmico.
Al humanizarlo, al identificar los árboles con los hombres, todo queda inscrito dentro del mito en una confusión, donde ambos participan de la dimensión cósmica sagrada.
En el poema Los Arboles, crea una realidad mágica donde con difícil sencillez, plasma las imágenes sensibles de los árboles como seres humanos “que hablan poco” y “pasan la vida meditando”. Mientras para Rubén Darío, en el poema Lo Fatal, “los árboles son apenas sensitivos”, aquí, en cambio son seres vivos que piensan, sienten, conversan y gritan su agonía. En el poema Mare Nostrum, los árboles son “palmas a orilla del mar/ se sirven té y hablan de los clásicos” y en el poema Nuevos Reyes la naturaleza reina porque los reyes han envejecido y “no se sabe si son reyes o son árboles”.
En Algunas Palabras, la dimensión poética se expresa en una profusión de imágenes sensoriales que definen el ser del lenguaje, el misterio y la gracia de las palabras comparables a “palmeras de lentos jadeos” o a “barcos cargados de especias). (2)


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2 Las referencias a la poesía de Eugenio Montejo han sido tomadas de mi trabajo “Algunas palabras de Eugenio Montejo”, presente en mi libro Las trampas del amor y otros ensayos. Universidad Católica Cecilio Acosta Ediciones Astro Data, S.A. agosto 2006 Maracaibo, Venezuela, p,p 201, 205, 206.
Termino con las palabras del discurso de Chiara “Dios belleza y el Movimiento de los Focolares”, pronunciado en el Congreso Internacional en Castel Gandolfo, el 23 de abril de 1999, donde dice: “En consecuencia, la obra de arte hecha con los pinceles, el cincel, con las notas, con los versos… sólo puede ser considerada como una especie de encarnación, una renovada encarnación, como escribe Simone Weil en su libro La gravedad y la gracia: “(En el arte verdadero) existe casi una especie de encarnación de Dios en el mundo cuya belleza es el signo. La belleza es la prueba experimental de que la encarnación es posible”.
Si esto es cierto, el arte tiene que elevar; no puede dejar de llevarnos hacia lo Alto, hacia aquel Cielo del cual descendió”. Más adelante dice Chiara: “La belleza ha establecido su morada en nuestro Movimiento porque la palabra que nuestro carisma empezaba a decir al mundo era una sola: unidad. Y unidad significa la armonía más sublime”.
El arte, la poesía, es expresión de belleza y del alma humana. Así dice Chiara en una página que escribió sobre la piedad de Miguel Ángel: “Es el alma humana, reflejo del cielo, lo que el artista transmite a la obra, y en esta creación, fruto de su genio, el artista encuentra una segunda inmortalidad: la primera en sí mismo (en su alma), como cualquier otro ser humano nacido aquí en la tierra; la segunda está en sus obras, a través de las cuales El se da a la humanidad a lo largo del tiempo. (3)
En nuestra época de tanta violencia, donde el mal se asienta en muchas acciones humanas, el amor, el abrazo fraterno, la comprensión y la solidaridad no es una lejana utopía. Al lado del mal, el bien brilla y es esperanza de unidad y de vida fraterna en una sociedad mejor.


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3 Los textos citados de Chiara Lubich han sido tomados del libro Una cultura nueva para una nueva sociedad. Ciudad nueva. Impreco Gráfica. Septiembre 2003. Buenos Aires, p.p 123, 125, 134. 

La fraternidad, forma parte de la naturaleza humana y se impone como necesidad para preservar a la propia especie como habitante de la tierra. Es necesario que construyamos un mundo solidario y fraterno.




Dra. Lilia Boscán de Lombardi


Información mínima sobre los autores nombrados en el texto
Sor Juana Inés de la Cruz, San Miguel de Nepantla (actual México) 1651- México 1695. Escritora, poeta.
Andrés Bello, Caracas, 29 de Noviembre de 1781- Santiago, Chile, 15 de Octubre de 1865. Fue un humanista integral; poeta, filósofo, jurista, literato, lingüista, geógrafo e historiador. Es autor del famoso poema Silva a la agricultura de la zona tórrida (Londres, 1826) y de la Gramática de la lengua castellana (Chile, 1847)
Rómulo Gallegos, Caracas, 02 de agosto de 1884-Caracas, 05 de abril de 1969. Fue un novelista y político considerado como el novelista venezolano más importante del siglo XX. Es autor de las novelas Doña Bárbara (1929), Canaima (1935), Pobre Negro (1937) etc.
José Eustasio Rivera, San Mateo- Rivera, Huila, Colombia, 19 de febrero de 1888-New York, 01 de diciembre de 1928. Es autor de La vorágine (1924), La mancha negra (perdida en New York).
Mariano Azuela, Lagos de Moreno, Jalisco, México 01 de enero de 1873- México, D.F 01 de marzo de 1952. Es autor de Los de abajo (1915), La mala hora (1923).
Esteban Echeverría, Buenos Aires, 02 de septiembre de 1805- Montevideo, Uruguay 19 de enero de 1851. Es autor de El matadero (1838).
José Hernández, Chacras de Perdriel, Argentina – Buenos Aires 21 de Octubre de 1886. Es autor de El gaucho Martín Fierro (1872) y La vuelta de Martín Fierro (1879).
Jorge Icaza, Quito, Ecuador, 10 de junio de 1906-26 de mayo de 1978. Es autor de Huasipungo.
Miguel Ángel Asturias, ciudad de Guatemala, 19 de octubre de 1899-Madrid 09 de junio de 1974. Es autor de las novelas El Señor Presidente (1946), Hombres de Maíz (1949). Fue premio Nóbel de Literatura en 1967.
Jorge Luis Borges, Buenos Aires, 24 de agosto de 1899-Ginebra, Suiza 14 de junio de 1986. Fue autor de numerosos cuentos recogidos en libros como El Aleph (1949), Ficciones (1944). La biblioteca de Babel (1941)
Leopoldo Marechal, Buenos Aires, 11 de Junio de 1900- Buenos Aires, 26 de Junio de 1970. Es autor de la novelas Adanbuenosayres (1948), El banquete de Severo Arcángelo (1965).
Alejo Carpentier, Lausanne, Suiza, 24 de diciembre de 1904- París 24 de abril de 1980. Nacionalidad Cubana. Es autor de las novelas, El reino de este mundo (1949), El siglo de las luces (1962), El recurso del método (1974).
Agustín Yáñez, México, 04 de mayo de 1904- México, 17 de enero de 1980. Es autor de la novela Al filo del agua (1947).
Juan Carlos Onetti, Montevideo, Uruguay, 01 de julio de 1909- Madrid 30 de mayo de 1994. Es autor de La Vida Breve (1950), El Astillero (1961), Juntacadáveres (1964), etc.
Ernesto Sábato, Rojas, Argentina, 24 de junio de 1911- Santos Lugares, 30 de abril de 2011. Fue un escritor, ensayista, físico y pintor argentino. Autor de las novelas El Túnel (1948), Sobre Héroes y Tumbas (1961) y Abaddón, El exterminador (1974). Libros de ensayo como El escritor y sus fantasmas (1963), Uno y el universo (1945), Hombres y Engranajes (1951).
José Lezama, Lima, La Habana, Cuba 19 de diciembre de 1910-Id, 09 de agosto de 1976. Poeta ensayista y novelista. Autor de Paradiso (1966).
José María Arguedas, Andahuaylas, Perú, 18 de enero de 1911-Lima, 02 de diciembre de 1969. Es autor de las novelas Todas las Sangres (1964) y Los Ríos Profundos (1958).
Julio Cortázar, Ixelles, Bélgica, 26 de agosto de 1914- París, Francia, 12 de febrero de 1964. Nacionalidad Argentina. Es autor de las novelas Rayuela (1963), Los Premios (1960), El Libro de Manuel (1973).
Augusto Roa Bastos, Asunción, Paraguay, 13 de junio de 1917-26 de abril de 2005. Es autor de Hijo del Hombre (1960), Yo el Supremo (1974).
Juan Rulfo, Jalisco, México, 16 de mayo de 1917- Ciudad de México, 07 de enero de 1986. Es autor de El Llano en Llamas (1963), Pedro Páramo (1955).
José Donoso, Santiago, Chile, 05 de octubre de 1924-Id, 07 de diciembre de 1996. Algunas de sus obras son: Coronación (1957), El lugar sin límites (1966), El obsceno pájaro de la noche (1970), El jardín de al lado (1981), etc.
Gabriel García Márquez, Aracataca, Colombia, 06 de marzo de 1927- México, D.F. 17 de abril de 2014.
Algunas obras son: Cien años de soledad (1967), La hojarasca (1955), El Coronel no tiene quien le escriba (1961), El otoño del Patriarca (1975). Recibió el premio Nóbel de Literatura en 1982.

Adriano González León, Valera, Venezuela, 14 de noviembre de 1931-Caracas, 12 de enero de 2008. Algunas de sus obras son: País portátil (1968), Viejo (1995).

Mario Vargas Llosa, Arequipa, Perú, 28 de marzo de 1936. Algunas de sus obras son: La ciudad y los perros (1963), La casa verde (1966) (Premio Rómulo Gallegos), Conversación en La Catedral (1969), Pantaleón y las visitadoras (1973), La guerra del fin del mundo (1981), El héroe discreto (2013). Obtuvo el premio Nóbel de Literatura en el año 2010.

Guillermo Cabrera Infante, Gibara, Cuba, 22 de abril de 1929-Londres, 21 de febrero de 2005. Algunas obras: Tres tristes tigres (1965), La Habana para un infante difunto (1979).
Carlos Fuentes, Mexicano, Panamá, 11 de noviembre de 1928-México D.F., 15 de mayo de 2012. Algunas obras: Aura (1962), La región más transparente (1958), La muerte de Artemio Cruz (1962).
David Viñas, Argentino, Buenos Aires, 28 de julio de 1927-Id, 10 de marzo de 2011. Algunas obras son: Cayó sobre su rostro (1955), Hombres de a caballo (1967), Claudia conversa (1995).
Joao Guimarães Rosa, Brasileño, Cordisburgo, Minas Gerais, 27 de junio de 1908-Rio de Janeiro, 19 de noviembre de 1967. Es autor de la novela Gran Sertón veredas (1956).
Salvador Garmendia, Venezolano, Barquisimeto, 11 de junio de 1928- Caracas, 13 de mayo de 2001. Algunas obras son: Los pequeños seres (1958), Día de cenizas (1963), El capitán Kid (1988).
Manuel Puig, Argentino, General Villegas, 28 de diciembre de 1932-Cuernavaca, México, 22 de julio de 1990. Algunas obras son: La traición de Rita Hayworth (1968), Boquitas pintadas (1969), El beso de la Mujer Araña (1976).
Fernando del Paso, Ciudad de México, 01 de abril de 1935. Algunas obras son: José Trigo (1966), Palinuro de México (1977), Noticias del Imperio (1987).
Severo Sarduy, Cubano, Camagüey, 25 de febrero de 1937- París, 08 de junio de 1933. Algunas obras son: De dónde son los cantantes (1967), Cobra (1972).
Rubén Darío, Guatemalteco, Metapa, 18 de enero de 1867-León, 06 de febrero de 1916. Poeta, autor de los libros: Azul, Prosas profanas, Cantos de vida y esperanza.
César Vallejo, Peruano, Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892-París, 15 de abril de 1938. Autor de los libros de poemas, Los heraldos negros, Trilce, Poemas humanos.
Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga. Chilena, Vicuña, 07 de abril de 1989-New York, 10 de enero de 1957. Recibió el premio Nóbel de Literatura en 1945. Algunas de sus obras son: Los sonetos de la muerte (1952), Las poesías completas fueron publicadas en 1968.
Pablo Neruda, Seudónimo de Ricardo Eliezer Neftalí Reyes, Parral, Chile, 12 de julio de 1904-Santiago, 23 de septiembre de 1973. Algunas de sus obras son: Veinte poemas de amor y una canción desesperada, Canto general, Residencia en la tierra.
Vicente Huidobro, Chileno, Santiago de Chile 10 de Enero de 1883 –Cartagena, Chile, 2 de Enero de 1948. Creador del Creacionismo, autor de Altazor (1931); Antología, Altazor y otros poemas (2013).
Mario Benedetti, Uruguayo, Paso de los Toros 14 de Septiembre de 1920. Obras: La Tregua, Gracias por el fuego, Antología Poética etc.
Octavio Paz, Mexicano, México D. F. 31 de Marzo de 1914- Coyoacán, 19 de Abril de 1998. Ganó el Premio Nóbel de Literatura en el año 1990. Entre sus obras figuran El laberinto de la soledad (1963) y su Obra Poética.
Gonzalo Rojas, Chileno, Lebu, 20 de Diciembre de 1916-Santiago, 5 de Abril de 2011. Algunos de sus libros de poesía son: Y el relámpago (1981) Contra la muerte (1964) Al silencio (2004).
Vicente Gerbasi, Venezolano, Canoabo, Carabobo, 2 de Junio 1913- Caracas 28 de diciembre de 1992. Algunos de sus libros son: Los espacios cálidos (1952); Mi padre, el inmigrante (1945); Círculos del trueno (1963); Iniciación a la intemperie (1990).
Andrés Eloy Blanco, Venezolano, Cumaná, 6 de Agosto de 1896 – México, D.F, 21 de Mayo de 1955. Poeta.
Juan Sánchez Peláez, Venezolano, Altagracia de Orituco, Guárico 25 de Septiembre 1922 – Caracas 20 de Noviembre de 2003. Algunos de sus libros son: Elena y los elementos (1951-1989); Animal de costumbre (1959); Aire sobre el aire (1989).
Juan Liscano, Caracas 7 de Junio de 1914 - Id, 17 de Febrero del 2001. Antología Poética (1990).
María Calcaño, Maracaibo, Venezuela (1906) – Id, (1956), Libros: Alas fatales (1935); Canciones que oyeron mis últimas muñecas (1956), Obra poética completa de María Calcaño (2008).
Ana Enriqueta Terán, Valera, 04 de mayo de 1918. Libros: Casa de hablas; Obra poética, 1946-1989.
Rafael Cadenas, Barquisimeto, Venezuela, 08 de abril de 1930. Poesías: Los cuadernos del destierro (1960), Derrota (1963), Falsas maniobras (1966), Intemperie (1977).
Eugenio Montejo, Caracas, 19 de octubre de 1938- Valencia, 05 de junio de 2008. Algunos libros son: La ventana oblicua (1974), Algunas palabras (1976), Terredad (1978).