La
Literatura y el Arte en general suelen reflejar el momento histórico
en el que se vive; el artista expresa en la obra su particular visión
del mundo de acuerdo a la ideología y a sus propios valores
existenciales.
En
Latinoamérica, en el siglo XIX, período de luchas independentistas
y de gobiernos caudillistas y dictatoriales, el Romanticismo,
esencialmente rebelde, tiene su manifestación en El
Matadero
de Esteban Echeverría (1805-1851), denuncia valiente y realista de
la dictadura de Rosas en Argentina que, junto a El
Gaucho
Martín
Fierro de
José Hernández
(1834-1886), constituyen
obras fundamentales de denuncia social en la Literatura
Latinoamericana. El Modernismo, en cambio, es un movimiento heredero
de la estética simbolista y del Parnasianismo francés en el que va
a predominar la preocupación formal y estética. El escritor se
preocupa por la musicalidad, la cadencia interior del ritmo, la
sonoridad de la palabra, los símbolos, los temas exóticos, la
riqueza y el lujo verbal.
En
el siglo XX, la preocupación social, la denuncia, la defensa de los
explotados, en una palabra, la conciencia social del escritor es lo
dominante en la literatura. Novelas como Doña
Bárbara de
Rómulo Gallegos;
La vorágine de
José Eustasio Rivera,
Los de Abajo de
Mariano Azuela,
Huasipungo de
Jorge Icaza,
representan a una narrativa documental y testimonial de una época
pre-moderna, atrasada, marcada por el binomio civilización y
barbarie. En estas novelas, el protagonista fundamental es la
naturaleza devoradora, aniquiladora, indomable, como las pasiones
encontradas de los personajes, pasiones violentas, agresivas como la
selva misma; dice José Trigo en su libro Narrativa
de un Continente en transformación:
“la novela tradicional latinoamericana, la de las primeras décadas
del siglo XX, había logrado una cierta síntesis de las corrientes
anteriores: romanticismo, naturalismo, nativismo, modernismo. Novela
poderosa con aguda conciencia americanista, anclada en la tierra, con
voluntad de interpretar los conflictos del país: novela de la
revolución, novela indigenista, novela de la pampa, del llano, de la
selva, y además con intención artística: aliento de epopeya,
sensibilidad humana, lirismo.” (1)
Ocurrió
también en el siglo XX la aparición de una serie de novelas que
tenían claras diferencias con las anteriores y significaron una
verdadera revolución en la Literatura Latinoamericana. Es lo que se
conoce con el nombre: el boom de la narrativa Latinoamericana. Los
nuevos novelistas, aunque herederos de la narrativa tradicional, van
a escribir diferente, experimentando con el lenguaje, introduciendo
cambios estructurales importantes. La influencia europea (Joyce,
Kafka) y norteamericana, especialmente de Faulkner, van a ser
determinantes en esta nueva manera de narrar. El primer grupo de
estos nuevos novelistas es el que nace más o menos con el siglo. A
este grupo pertenecen autores como Miguel Ángel Asturias, Jorge Luis
Borges, Leopoldo Marechal, Alejo Carpentier y Agustín Yáñez. Otros
escritores posteriores que podríamos integrar en un segundo grupo
son: Juan Carlos Onetti, Ernesto Sábato, José Lezama Lima, José
María Arguedas, Julio Cortázar, Augusto Roa Bastos, Joao Guimaraes
Rosa, Juan Rulfo, José Donoso etc. Continúan los nombres de otros
autores que, la mayoría de los críticos, consideran que forman
parte de un tercer grupo en el que estarían Gabriel García Márquez,
Adriano González León, Mario Vargas Llosa, Guillermo Cabrera
Infante, Carlos Fuentes, David Viñas, Salvador Garmendia, Manuel
Puig, Fernando del Paso, Severo Sarduy, excelentes escritores, tres
de ellos ganadores del Premio Nobel de Literatura: Asturias en el año
1967, García Márquez en 1982 y Vargas Llosa en 2010.
_______________________
1
Trigo, Pedro Narrativa
de un continente en transformación.
Dirección de Cultura. Universidad Central de Venezuela. Caracas.
1976, p.11.
La
fantasía y la imaginación son inagotables y la realidad es fuente
infinita de temas y personajes, de allí, que los libros se
multipliquen con nuevas propuestas narrativas de escritores donde es
esencial el espíritu rebelde y creador.
A
partir de la ficción, el autor recrea al mundo expresando los
temores, los anhelos, los miedos, los fantasmas que lo atribulan y lo
desasosiegan pero que dan lugar a valiosas obras de arte, únicas y
transcendentes, no solo novelas, sino también cuentos y poesías.
Nos
toca vivir en un mundo difícil, lleno de injusticias y
contradicciones. La pobreza, la inseguridad, la infancia abandonada,
la violencia, las guerras, la maldad humana en general, dejan las
marcas en la sociedad que vive angustiada y atemorizada, pero a pesar
de eso, confiamos en un tiempo mejor. No sólo nos aferramos a la
esperanza sino a las cosas maravillosas que Dios nos ofrece en la
vida.
En
este encuentro se insiste en la fraternidad, en el amor, que es sin
duda uno de los caminos más hermosos para trasformar el mundo
agresivo y violento, en un espacio de belleza y de armonía. Los
grandes principios por los que la humanidad no ha dejado de luchar
son la libertad, la igualdad y la fraternidad para tener una sociedad
más justa y más feliz. El legado de la Revolución Francesa
mantiene viva la esperanza en la construcción de una sociedad nueva.
El mensaje de Jesús es bien claro: “Ámense los unos a los otros
como yo los he amado”.
En
el Congreso de los Artistas del Movimiento de los Focolares, que se
realizó en Castel Gandolfo del 23 al 25 de abril de 1999, Chiara
Lubich, se refirió sabiamente al Arte y a la Belleza afirmando que
“Dios es Belleza y no solo Verdad y Bondad”. En un escrito
titulado, Resurrección
de Roma ha dicho: “Hay
que hacer renacer a Dios en nosotros, tenerlo vivo y volcarlo en los
demás, como cascada de Vida para resucitar a los muertos y
mantenerlo vivo entre nosotros, amándonos”. Jesús en nosotros
quiere ser vida (Asís); quiere ser Verdad (París) y Camino
(Hollywood); cada una de estas ciudades expresa lo que Chiara
afirmaba sobre Dios
quien está representado simbólicamente por Asís que inmediatamente
nos lleva al significado de la fraternidad, al amor y a la bondad de
San Francisco; Paris, la ciudad emblemática del estudio, del arte,
de la cultura; y Hollywood, el centro del arte creativo del cine y
de la belleza.
Así
como la novela puede reflejar un momento histórico y dar un mensaje
de denuncia sociopolítico, de protesta o de indagación filosófica,
la poesía también ha sido motivo de análisis y ha dado lugar a
diversas reflexiones sobre ella.
Graciela
Maturo, la famosa escritora Argentina en la conferencia: La
poesía en la recreación de la cultura,
dictada en Maracaibo, en la Universidad Católica Cecilio Acosta, el
08 de Junio de 2009, se va a referir a la poesía, no sólo como
lenguaje, y dice que “Debe tenerse en cuenta, que antes o
simultáneamente con el acto de su expresión por la palabra, la
poesía es experiencia contemplativa y reflexiva, acto de la
conciencia hacia su entorno y hacia sí”. La poesía existe en
muchas cosas que nos rodean, en actos de bondad, en gestos de
solidaridad, en todo lo que es belleza. La actitud poética existe
desde el origen de la humanidad y “algunos filósofos de nuestro
tiempo han afirmado que la esencia del hombre reside en una actitud
poetizante”. Graciela Maturo cita al poeta Friedrich Hölderlin
quien dijo que “Poéticamente es como el hombre habita sobre la
tierra”. Dice que “desde hace más de dos mil años se han ido
configurando dos orientaciones bien distintas de pensamiento en torno
a la poesía. Una de ellas la convierte en actitud humana básica y
vía privilegiada de conocimiento. La otra, mas atenida a la obra
misma como expresión, se funda en la Poética
de Aristóteles, aunque, en rigor, reduce el pensamiento del filósofo
a la Retórica
que es un tratado de formas poéticas. Platón acusó a los poetas de
irracionalidad, no conveniente para la construcción de la Polis
(República) pero la corriente neoplatónica desplegada por Plotino
tuvo aceptación en los poetas medievales y modernos y resonancias en
la cultura popular y en los mitos. El racionalismo de la cultura
occidental creó una cultura intelectual que se fue alejando de esta
corriente, la Ilustración fue su máximo ejemplo”.
El
predominio de la razón sobre el sentimiento fue propio de esta época
del siglo XVIII pero la poesía nunca desaparece. En el siglo XIX,
con el romanticismo, aparece de nuevo una poesía intimista,
subjetiva, expresando profundos sentimientos como el dolor, el amor,
la angustia existencial.
En
el Mundo, en Europa, en Latinoamérica, generaciones de poetas dan
testimonio de la importancia del quehacer literario en todas las
épocas. En Latinoamérica abundan los nombres de poetas famosos como
Rubén Darío, César Vallejo, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, estos
dos últimos, recibieron el Premio Nóbel de Literatura en los años
1945 y 1971 respectivamente. Otros poetas, no menos importantes, son
Vicente Huidobro, Mario Benedetti, Octavio Paz, (premio Nóbel de
Literatura en el año 1990), Jorge Luis Borges, Gonzalo Rojas etc.,
sin olvidar a la famosa escritora mexicana Sor Juana Inés de la
Cruz, (San Miguel de Nepantla, actual México 1651- Id, 1695).
En
Venezuela, desde Andrés Bello (Caracas, 29 de noviembre de
1781-Santiago, 15 de octubre 1865), hasta el momento presente, son
muchos los poetas significativos que han expresado de manera singular
los diversos temas del amor, el tiempo, la muerte, la esperanza, los
ideales, la naturaleza, la belleza.
Vale
la pena mencionar al poeta Vicente Gerbasi, autor de un poema
hermosísimo: Mi
padre el inmigrante.
Un poeta identificado con la causa de los pobres, de los marginados,
es Andrés Eloy Blanco autor de famosos poemas como Angelitos
Negros, La Renuncia, publicados
en uno de sus libros, Giraluna.
Otros
grandes poetas Venezolanos son: Juan Sánchez Peláez, Juan Liscano,
María Calcaño, Ana Enriqueta Terán, Rafael Cadenas, Ramón
Palomares, Eugenio Montejo etc.
Eugenio
Montejo (1938-2008), es el autor de varios libros que lo han
consagrado como uno de los mejores escritores Venezolanos
contemporáneos. Al primer libro Elegos
(1967),
siguieron otros como Muerte
y Memoria
(1972), La ventana Oblicua
(1974), Algunas
Palabras
(1976), Terredad
(1978),
El
Cuaderno de Blas Coll
(1981).
En
el libro Algunas
Palabras,
el poeta crea un mundo espléndido, convocando las imágenes de su
mundo interior y de sus propios paisajes que emergen melancólicos
desde los túneles de la memoria. El tiempo transcurre indiferente y
las horas pasan raudas, voraces, dejando atrás solamente polvo y
soledad. El aire de la poesía se torna melancólico al recordar el
pasado y la muerte roza las palabras acentuando el sentimiento de
desamparo. El artista expresa sentimientos humanos universales. Hay
obras frente a las cuales se tiene la certeza de la trascendencia y
la inmortalidad. La
Piedad
de Miguel Ángel, La
Gioconda
de Leonardo Da Vinci, El
Quijote
de Cervantes, La
Ilíada
de Homero, son obras representativas del Arte Universal que han
vencido al tiempo y a la muerte y han conquistado la inmortalidad.
En la poesía de Eugenio Montejo la naturaleza revela el alma
angustiada del poeta sembrada de ausencia. Las ciudades se derrumban
y las casas están vacías, llenas de soledad. El poeta habla por
todos los hombres atemorizados y ansiosos de perdurar.
La
poesía de Eugenio Montejo es un canto a la naturaleza, a los ríos,
a los árboles, a los pájaros, a las piedras, a los astros y al
hombre identificado con todos los elementos del Cosmos. Es una visión
cósmica del hombre en la que trasciende sus propios límites:
Cada
hombre es un astro, un cosmos habitado
fijo
en la rueda de la niebla.
cada
uno en la noche retorna
de
altas navegaciones
con
un perro o un diario.
La
presencia del árbol es frecuente en varios poemas. Su carga
simbólica revela el tema insistente de la precariedad de la vida
humana y la angustia por la finitud del ser que anhela trascender. El
árbol representa la vida del Cosmos y como la vida
inagotable, equivale a inmortalidad. La verticalidad acentúa el
significado de centro y eje del mundo. Se le asocia también a la
naturaleza humana y también es cruz de redención. En la iconografía
cristiana, la cruz está representada muchas veces como árbol de la
vida. La línea vertical de la cruz es la que se identifica con el
árbol, ambos como eje del mundo. En el Antiguo Testamento, en el
Génesis, “Jhavé hizo brotar del suelo toda clase de árboles
agradables a la vista y buenos para comer y puso en medio, el árbol
de la vida, al árbol de la ciencia del bien y del mal”. El poeta
está consciente de la sacralidad del árbol y de su sentido cósmico.
Al
humanizarlo, al identificar los árboles con los hombres, todo queda
inscrito dentro del mito en una confusión, donde ambos participan de
la dimensión cósmica sagrada.
En
el poema Los
Arboles,
crea una realidad mágica donde con difícil sencillez, plasma las
imágenes sensibles de los árboles como seres humanos “que hablan
poco” y “pasan la vida meditando”. Mientras para Rubén Darío,
en el poema Lo
Fatal, “los
árboles son apenas sensitivos”, aquí, en cambio son seres vivos
que piensan, sienten, conversan y gritan su agonía. En el poema Mare
Nostrum, los
árboles son “palmas a orilla del mar/ se sirven té y hablan de
los clásicos” y en el poema Nuevos
Reyes
la naturaleza reina porque los reyes han envejecido y “no se sabe
si son reyes o son árboles”.
En
Algunas
Palabras,
la dimensión poética se expresa en una profusión de imágenes
sensoriales que definen el ser del lenguaje, el misterio y la gracia
de las palabras comparables a “palmeras de lentos jadeos” o a
“barcos cargados de especias). (2)
____________________
2
Las referencias a la poesía de Eugenio Montejo han sido tomadas de
mi trabajo “Algunas palabras de Eugenio Montejo”, presente en mi
libro Las
trampas del amor y otros ensayos. Universidad
Católica Cecilio Acosta Ediciones Astro Data, S.A. agosto 2006
Maracaibo, Venezuela, p,p 201, 205, 206.
Termino
con las palabras del discurso de Chiara “Dios belleza y el
Movimiento de los Focolares”, pronunciado en el Congreso
Internacional en Castel Gandolfo, el 23 de abril de 1999, donde dice:
“En consecuencia, la obra de arte hecha con los pinceles, el
cincel, con las notas, con los versos… sólo puede ser considerada
como una especie de encarnación, una renovada encarnación, como
escribe Simone Weil en su libro La
gravedad y la gracia:
“(En el arte verdadero) existe casi una especie de encarnación de
Dios en el mundo cuya belleza es el signo. La belleza es la prueba
experimental de que la encarnación es posible”.
Si
esto es cierto, el arte tiene que elevar; no puede dejar de llevarnos
hacia lo Alto, hacia aquel Cielo del cual descendió”. Más
adelante dice Chiara: “La belleza ha establecido su morada en
nuestro Movimiento porque la palabra que nuestro carisma empezaba a
decir al mundo era una sola: unidad. Y unidad significa la armonía
más sublime”.
El
arte, la poesía, es expresión de belleza y del alma humana. Así
dice Chiara en una página que escribió sobre la piedad de Miguel
Ángel: “Es el alma humana, reflejo del cielo, lo que el artista
transmite a la obra, y en esta creación, fruto de su genio, el
artista encuentra una segunda inmortalidad: la primera en sí mismo
(en su alma), como cualquier otro ser humano nacido aquí en la
tierra; la segunda está en sus obras, a través de las cuales El se
da a la humanidad a lo largo del tiempo. (3)
En
nuestra época de tanta violencia, donde el mal se asienta en muchas
acciones humanas, el amor, el abrazo fraterno, la comprensión y la
solidaridad no es una lejana utopía. Al lado del mal, el bien brilla
y es esperanza de unidad y de vida fraterna en una sociedad mejor.
_______________________
3
Los textos citados de Chiara Lubich han sido tomados del libro Una
cultura nueva para una nueva sociedad.
Ciudad nueva. Impreco Gráfica. Septiembre 2003. Buenos Aires, p.p
123, 125, 134.
La
fraternidad, forma parte de la naturaleza humana y se impone como
necesidad para preservar a la propia especie como habitante de la
tierra. Es necesario que construyamos un mundo solidario y fraterno.
Dra.
Lilia Boscán de Lombardi
Información
mínima sobre los autores nombrados en el texto
Sor
Juana Inés de la Cruz, San Miguel de Nepantla (actual México) 1651-
México 1695. Escritora, poeta.
Andrés
Bello, Caracas, 29 de Noviembre de 1781- Santiago, Chile, 15 de
Octubre de 1865. Fue un humanista integral; poeta, filósofo,
jurista, literato, lingüista, geógrafo e historiador. Es autor del
famoso poema Silva a la agricultura de la zona tórrida (Londres,
1826) y de la Gramática de la lengua castellana (Chile, 1847)
Rómulo
Gallegos, Caracas, 02 de agosto de 1884-Caracas, 05 de abril de 1969.
Fue un novelista y político considerado como el novelista venezolano
más importante del siglo XX. Es autor de las novelas Doña
Bárbara (1929),
Canaima
(1935), Pobre
Negro (1937)
etc.
José
Eustasio Rivera, San Mateo- Rivera, Huila, Colombia, 19 de febrero de
1888-New York, 01 de diciembre de 1928. Es autor de La
vorágine
(1924), La
mancha negra
(perdida en New York).
Mariano
Azuela, Lagos de Moreno, Jalisco, México 01 de enero de 1873-
México, D.F 01 de marzo de 1952. Es autor de Los
de abajo (1915),
La
mala hora
(1923).
Esteban
Echeverría, Buenos Aires, 02 de septiembre de 1805- Montevideo,
Uruguay 19 de enero de 1851. Es autor de El
matadero
(1838).
José
Hernández, Chacras de Perdriel, Argentina – Buenos Aires 21 de
Octubre de 1886. Es autor de El
gaucho Martín Fierro (1872)
y La
vuelta de Martín Fierro
(1879).
Jorge
Icaza, Quito, Ecuador, 10 de junio de 1906-26 de mayo de 1978. Es
autor de Huasipungo.
Miguel
Ángel Asturias, ciudad de Guatemala, 19 de octubre de 1899-Madrid 09
de junio de 1974. Es autor de las novelas El
Señor Presidente (1946),
Hombres
de Maíz (1949).
Fue premio Nóbel de Literatura en 1967.
Jorge
Luis Borges, Buenos Aires, 24 de agosto de 1899-Ginebra, Suiza 14 de
junio de 1986. Fue autor de numerosos cuentos recogidos en libros
como El
Aleph (1949),
Ficciones
(1944). La biblioteca de Babel (1941)
Leopoldo
Marechal, Buenos Aires, 11 de Junio de 1900- Buenos Aires, 26 de
Junio de 1970. Es autor de la novelas Adanbuenosayres (1948), El
banquete de Severo Arcángelo (1965).
Alejo
Carpentier, Lausanne, Suiza, 24 de diciembre de 1904- París 24 de
abril de 1980. Nacionalidad Cubana. Es autor de las novelas, El
reino de este mundo
(1949), El
siglo de las luces
(1962), El
recurso del método
(1974).
Agustín
Yáñez, México, 04 de mayo de 1904- México, 17 de enero de 1980.
Es autor de la novela Al
filo del agua (1947).
Juan
Carlos Onetti, Montevideo, Uruguay, 01 de julio de 1909- Madrid 30 de
mayo de 1994. Es autor de La
Vida Breve
(1950), El
Astillero
(1961), Juntacadáveres
(1964),
etc.
Ernesto
Sábato, Rojas, Argentina, 24 de junio de 1911- Santos Lugares, 30 de
abril de 2011. Fue un escritor, ensayista, físico y pintor
argentino. Autor de las novelas El
Túnel (1948),
Sobre
Héroes y Tumbas (1961) y
Abaddón,
El exterminador (1974).
Libros de ensayo como El
escritor y sus fantasmas (1963),
Uno y el universo (1945),
Hombres
y Engranajes
(1951).
José
Lezama, Lima, La Habana, Cuba 19 de diciembre de 1910-Id, 09 de
agosto de 1976. Poeta ensayista y novelista. Autor de Paradiso
(1966).
José
María Arguedas, Andahuaylas, Perú, 18 de enero de 1911-Lima, 02 de
diciembre de 1969. Es autor de las novelas Todas
las Sangres
(1964) y Los
Ríos Profundos
(1958).
Julio
Cortázar, Ixelles, Bélgica, 26 de agosto de 1914- París, Francia,
12 de febrero de 1964. Nacionalidad Argentina. Es autor de las
novelas Rayuela
(1963), Los
Premios
(1960), El
Libro de Manuel
(1973).
Augusto
Roa Bastos, Asunción, Paraguay, 13 de junio de 1917-26 de abril de
2005. Es autor de Hijo
del Hombre
(1960), Yo
el Supremo
(1974).
Juan
Rulfo, Jalisco, México, 16 de mayo de 1917- Ciudad de México, 07 de
enero de 1986. Es autor de El
Llano en Llamas
(1963), Pedro
Páramo
(1955).
José
Donoso, Santiago, Chile, 05 de octubre de 1924-Id, 07 de diciembre de
1996. Algunas de sus obras son: Coronación
(1957), El
lugar sin límites
(1966), El
obsceno pájaro de la noche
(1970), El
jardín de al lado
(1981), etc.
Gabriel
García Márquez, Aracataca, Colombia, 06 de marzo de 1927- México,
D.F. 17 de abril de 2014.
Algunas
obras son: Cien
años de soledad
(1967), La
hojarasca
(1955), El
Coronel no tiene quien le escriba
(1961), El
otoño del Patriarca
(1975). Recibió el premio Nóbel de Literatura en 1982.
Adriano
González León, Valera, Venezuela, 14 de noviembre de 1931-Caracas,
12 de enero de 2008. Algunas de sus obras son: País
portátil
(1968), Viejo
(1995).
Mario
Vargas Llosa, Arequipa, Perú, 28 de marzo de 1936. Algunas de sus
obras son: La
ciudad y los perros
(1963), La
casa verde
(1966) (Premio Rómulo Gallegos), Conversación
en La Catedral
(1969), Pantaleón
y las visitadoras (1973),
La
guerra del fin del mundo
(1981), El
héroe discreto
(2013). Obtuvo el premio Nóbel de Literatura en el año 2010.
Guillermo
Cabrera Infante, Gibara, Cuba, 22 de abril de 1929-Londres, 21 de
febrero de 2005. Algunas obras: Tres
tristes tigres
(1965), La
Habana para un infante difunto
(1979).
Carlos
Fuentes, Mexicano, Panamá, 11 de noviembre de 1928-México D.F., 15
de mayo de 2012. Algunas obras: Aura
(1962), La
región más transparente
(1958), La
muerte de Artemio Cruz
(1962).
David
Viñas, Argentino, Buenos Aires, 28 de julio de 1927-Id, 10 de marzo
de 2011. Algunas obras son: Cayó
sobre su rostro
(1955), Hombres
de a caballo
(1967), Claudia
conversa
(1995).
Joao
Guimarães Rosa, Brasileño, Cordisburgo, Minas Gerais, 27 de junio
de 1908-Rio de Janeiro, 19 de noviembre de 1967. Es autor de la
novela Gran Sertón
veredas
(1956).
Salvador
Garmendia, Venezolano, Barquisimeto, 11 de junio de 1928- Caracas, 13
de mayo de 2001. Algunas obras son: Los
pequeños seres
(1958), Día
de cenizas
(1963), El
capitán Kid
(1988).
Manuel
Puig, Argentino, General Villegas, 28 de diciembre de
1932-Cuernavaca, México, 22 de julio de 1990. Algunas obras son: La
traición de Rita Hayworth
(1968), Boquitas
pintadas
(1969), El
beso de la Mujer Araña
(1976).
Fernando
del Paso, Ciudad de México, 01 de abril de 1935. Algunas obras son:
José
Trigo
(1966), Palinuro
de México
(1977), Noticias
del Imperio
(1987).
Severo
Sarduy, Cubano, Camagüey, 25 de febrero de 1937- París, 08 de junio
de 1933. Algunas obras son: De
dónde son los cantantes
(1967), Cobra
(1972).
Rubén
Darío, Guatemalteco, Metapa, 18 de enero de 1867-León, 06 de
febrero de 1916. Poeta, autor de los libros: Azul,
Prosas profanas, Cantos de vida y esperanza.
César
Vallejo, Peruano, Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892-París, 15
de abril de 1938. Autor de los libros de poemas, Los
heraldos negros, Trilce, Poemas humanos.
Gabriela
Mistral, seudónimo de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy
Alcayaga. Chilena, Vicuña, 07 de abril de 1989-New York, 10 de enero
de 1957. Recibió el premio Nóbel de Literatura en 1945. Algunas de
sus obras son: Los
sonetos de la muerte
(1952),
Las poesías completas
fueron publicadas en 1968.
Pablo
Neruda, Seudónimo de Ricardo Eliezer Neftalí Reyes, Parral, Chile,
12 de julio de 1904-Santiago, 23 de septiembre de 1973. Algunas de
sus obras son: Veinte
poemas de amor y una canción desesperada, Canto general, Residencia
en la tierra.
Vicente
Huidobro, Chileno, Santiago de Chile 10 de Enero de 1883 –Cartagena,
Chile, 2 de Enero de 1948. Creador
del Creacionismo, autor de Altazor
(1931); Antología,
Altazor y otros poemas
(2013).
Mario
Benedetti, Uruguayo, Paso de los Toros 14 de Septiembre de 1920.
Obras: La
Tregua, Gracias por el fuego, Antología Poética etc.
Octavio
Paz, Mexicano, México D. F. 31 de Marzo de 1914- Coyoacán, 19 de
Abril de 1998. Ganó el Premio Nóbel de Literatura en el año 1990.
Entre
sus obras figuran El laberinto de la soledad (1963) y su Obra
Poética.
Gonzalo
Rojas, Chileno, Lebu, 20 de Diciembre de 1916-Santiago, 5 de Abril de
2011. Algunos de sus libros de poesía son: Y
el relámpago
(1981) Contra
la muerte
(1964) Al
silencio
(2004).
Vicente
Gerbasi, Venezolano, Canoabo, Carabobo, 2 de Junio 1913- Caracas 28
de diciembre de 1992. Algunos de sus libros son: Los
espacios cálidos
(1952); Mi
padre,
el
inmigrante
(1945); Círculos
del trueno
(1963); Iniciación
a la intemperie
(1990).
Andrés
Eloy Blanco, Venezolano, Cumaná, 6 de Agosto de 1896 – México,
D.F, 21 de Mayo de 1955. Poeta.
Juan
Sánchez Peláez, Venezolano, Altagracia de Orituco, Guárico 25 de
Septiembre 1922 – Caracas 20 de Noviembre de 2003. Algunos de sus
libros son: Elena
y los elementos
(1951-1989); Animal
de costumbre
(1959); Aire
sobre el aire
(1989).
Juan
Liscano, Caracas 7 de Junio de 1914 - Id, 17 de Febrero del 2001.
Antología
Poética (1990).
María
Calcaño, Maracaibo, Venezuela (1906) – Id, (1956), Libros: Alas
fatales
(1935); Canciones
que oyeron mis últimas muñecas
(1956), Obra
poética completa de María Calcaño
(2008).
Ana
Enriqueta Terán, Valera, 04 de mayo de 1918. Libros: Casa
de hablas;
Obra poética, 1946-1989.
Rafael
Cadenas, Barquisimeto, Venezuela, 08 de abril de 1930. Poesías: Los
cuadernos del destierro
(1960), Derrota
(1963), Falsas
maniobras
(1966), Intemperie
(1977).
Eugenio
Montejo, Caracas, 19 de octubre de 1938- Valencia, 05 de junio de
2008. Algunos libros son: La
ventana oblicua
(1974), Algunas
palabras
(1976), Terredad
(1978).
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