sábado, 29 de junio de 2013

Cine y Realidad


En el cine y en la literatura, la imaginación, nutrida por la realidad, crea otra realidad, la de la ficción y si en la novela, está presente el lenguaje de los signos, en el cine los lenguajes son varios y todos los signos se unen para crear la obra de arte que conmueve y apasiona. En el cine las imágenes se graban con fuerza imperecedera en la memoria del espectador; es por ello que cada día cobra más fuerza la enseñanza de la historia, de la literatura, del arte etc., a través de películas que saben expresar magistralmente el contenido de novelas famosas o recrean sabiamente hechos históricos fundamentales. Son muchas las películas de tipo histórico que perduran en el tiempo y la biografía de grandes escritores, de pintores y músicos, de políticos exitosos y hombres de poder quedan impresos en la memoria vinculados al actor o actriz que los encarnan en la película. Cuando se piensa en Van Gogh inmediatamente la memoria trae la imagen de Kirg Douglas; la figura de Moisés queda indisolublemente unida a Charlton Heston después de ver Los Diez Mandamientos; cuando hablamos de Madame Bovary, viene a la mente inmediatamente la figura de Isabelle Hupert; Bradd Pitt es el Aquiles moderno en la reciente película Troya y Don Corleone, el personaje de la novela de Mario Puzo, El Padrino, estará siempre asociado a Marlon Brando. Lincoln será difícil desligarlo de Daniel Day Lewis, así como el personaje de Fantine de Los Miserables será por mucho tiempo identificado con Anne Hathaway.
El cine crea un mundo mágico de ficción pero la fuerza de la imagen unida a la música provocan un efecto de realismo, suscitando emociones diversas, de miedo, terror, angustia, alegría, dependiendo del género de la película. Hay algunas donde se muestra vivamente la capacidad humana de hacer el mal o de hacer el bien, películas donde se muestra el absurdo de la existencia; películas donde se plantean situaciones de horror, no solo las que se generan en las guerras o las provocadas por psicópatas, sino aquellas películas magistrales donde se tratan temas que desembocan en tragedias terribles. Una de ellas es La Decisión de Sofía, una película britanica-estadounidense del año 1982, dirigida por Alang Pakula y con la actriz Meryl Streep cuya actuación la hizo merecedora del Oscar a la mejor actriz y al Globo de Oro. En la película, ella es sobreviviente del campo de Auschwitz en la Segunda Guerra Mundial pero vive atormentada por los recuerdos y por la decisión que se vio obligada a tomar cuando era prisionera. La crueldad humana se manifiesta cuando el guardián le dice, que de sus dos pequeños hijos puede salvar a uno y el otro será destinado a morir en la cámara de gas. Es la crueldad a la que puede llegar el ser humano, es el reino del mal, en una guerra donde se persiguen a los judíos con el único objetivo de su aniquilación total.
En ese mismo contexto de la Segunda Guerra Mundial, se produce, en el año de 1942, un hecho histórico abominable. Francia que había sido ocupada por los nazis, recibe la orden, emanada directamente del gobierno alemán, de encarcelar a todos los judíos y deportarlos a los campos de concentración. En la redada de ese día fatídico, los policías franceses hicieron presos a miles de judíos; familias enteras fueron obligadas a abandonar sus hogares y la mayoría murieron en los campos de exterminio nazis. Esa historia se cuenta en la película La Llave de Sarah, película francesa dirigida por Gilles Paquet. El mayor horror en la película es que Sarah, una niña de aproximadamente diez años ese día de la redada, cuando noto que los policías no se habían dado cuenta de la presencia de su hermanito pequeño, de más o menos cuatro años, para salvarlo lo encierra en un armario diciéndole que no salga de allí hasta que ella lo rescate. Sarah y sus padres son arrestados y llevados separados, a campos de concentración. La preocupación de Sarah era su hermanito, regresar a la casa para liberarlo. Después de varios días logra huir del campo con otra niña que muere después y ayudada por una pareja de ancianos, que vivía en una granja en las afueras de la ciudad, regresa a su casa para encontrar en el armario a su hermanito muerto. El dolor y el recuerdo de este hecho la atormentará toda la vida y aunque se case y tenga hijos, se suicida provocando un choque con el vehículo que conducía.
Hay otra película en donde también se plantea el horror y la tragedia humana de manera impresionante. Es la película inglesa Jude dirigida por Michel Winterbottom y protagonizada por Kate Winslet y Christopher Eccleston. Está basada en la novela Jude, el oscuro de Thomas Hardy.
En esta película, la familia integrada por el padre, la madre y tres niños pequeños (el mayor de ocho años, la niña de tres años aproximadamente y un bebé) viven en una gran precariedad económica. Por el hecho de no estar casados son señalados socialmente sintiendo el rechazo y la hostilidad de los habitantes de la ciudad de Chrisminster, donde viven, viéndose obligados a estar en constante huida hasta que deciden regresar nuevamente a esta ciudad que era uno de los grades centros de cultura y enseñanza en la Inglaterra del siglo XIX. Con la alegría de haber conseguido un trabajo, la pareja regresa a su casa donde los dos niños pequeños estaban bajo el cuidado del mayor y el máximo horror se presenta, cuando al abrir la puerta del cuarto, consiguen al niño mayor ahorcado y los dos pequeños muertos en sus respectivas camas. Había una nota del niño mayor que decía: “Porque somos demasiados”, que fue la frase que la madre había dicho al niño cuando éste le había preguntado el día anterior ¿”Porqué nadie nos recibe ni nos dan hospedaje”?
Nos tropezamos con tragedias todos los días en las páginas de los periódicos; muchas de ellas son el tema de novelas y películas famosas. El ser humano está amenazado permanentemente por el dolor y la muerte pero eso forma parte de la condición humana. Duele saber que el mal sea capaz de provocar situaciones de pesadumbre y de horror infinito, destinos inmutables que hay que afrontar con la sabiduría que da la vida y la experiencia. La literatura, el cine y el arte universalizan la dimensión compleja y profunda del ser humano, temas infinitos que fluyen de la observación de la vida y de la reflexión sobre la existencia y el destino final de los seres humanos. ¿Cuánto de verdad hay en la literatura y en el cine? Son aproximaciones a la realidad y aunque es ficción, evocan situaciones y momentos trascendentes de la vida y del ser humano en su condición trágica de ser y de existir.


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